cuadro de la vieja friendo huevos.

 "Vieja friendo huevos" de Diego Velázquez " La vieja friendo huevos" de Diego Velázquez. Pintura barroca española. 1618. Edimburgo, National Gallery of Scottland. Óleo sobre lienzo. 99 x 169 cm. Género: se trata de un cuadro de género: bodegón con figuras o cocina (en el sentido original del término) muy usual en la España del siglo XVII y característico de la etapa sevillana del pintor. Tema: aparece una vieja en el momento de freir unos huevos en una cazuela de barro vidriado sobre un anafe, que revuelve el aceite con una cuchara de madera a la vez que se dispone a cascar otro. Levanta la mirada, con expresión de ciega, hacia un muchacho situado a la izquierda, que lleva un frasco de vino y un melón. Al fondo cuelga una esportilla y en el suelo vemos un caldero de cobre. A la derecha, en una mesita, hay una naturaleza muerta sencilla y ordenada: un mortero, plato con cuchillo, cebolla, jarras de cerámica. La vieja podría ser la suegra del pintor y el muchacho un recadero que le servía de modelo ya que son los mismos personajes populares que aparecen en otros cuadros de la época. Velázquez se inspiró en las estampas nórdicas de cocinas. Composición: es sencilla, de pocos personajes pero está muy lograda. Se organiza en forma oval, con una gran curva que va desde el capazo colgado, en el centro, por la cabeza y hombros de la vieja, sigue por su brazo y nos lleva la vista a la cazuela y al muchacho; otras curvas más pequeñas dan dinamismo, como la del brazo con la cuchara y una diagonal que cruza el cuadro desde la cabeza del chico hasta la mesa con objetos. El pintor utiliza el recurso de las medias figuras que aparecen muy reales y cercanas al espectador, para implicarlo en la acción, lo que consigue también con la mirada del muchacho. Algunos objetos aparecen en escorzo, como la cuchara, el cuchillo, la mano del mortero, vistas desde muy cerca. La escena carece de movimiento,

Diego Velázquez (1599-1660) es el mejor pintor del Barroco en España y una cumbre del arte universal. Nace en Sevilla y a los diez años entra como aprendiz en el taller de Pacheco. Su primera etapa sevillana es tenebrista, realizando bodegones de gran realismo (el que estudiamos y "El aguador"). Era un género poco considerado, que Velázquez dignificó. Se traslada a Madrid en 1623 donde va a ser nombrado pintor de cámara de Felipe IV. Realiza dos viajes a Italia. Pinta sobre todo retratos del rey y su familia (Felipe IV, Conde-Duque de Olivares, Príncipe Baltasar Carlos), a caballo o de caza, sin olvidar los retratos de bufones (Niño de Vallecas). También pinta cuadros mitológicos (Los borrachos, La fragua de Vulcano, la Venus del Espejo, Las Hilanderas) e históricos (La rendición de Breda), así como paisajes (Villa Médicis), lo que significa una novedad en el panorama español. Su obra maestra es Las Meninas, retrato colectivo de la familia de Felipe IV, que ha sido considerado la teología de la pintura. En todos sus cuadros destaca su dominio magistral de la perspectiva aérea, la luz, el dibujo y el brillante colorido aplicado con u

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