los sumerios

Los sumerios: la primera civilización.

Durante el cuarto milenio a. C. se instalaron en el sur de esta región los sumerios, un pueblo de Asia Central. Estos pronto fueron capaces de controlar las crecidas de los ríos, secando los pantanos y construyendo canales de regadío para mantener irrigados sus fértiles campos. Se organizaron en ciudades-estados, que funcionaban independientes y que competían por conseguir la hegemonía sobre las demás. Una de las ciudades más importantes fue Ur. Los tres imperios más importantes de Mesopotamia fueron Akkad, Babilonia y Sumer.

El pueblo sumerio empezó sus relaciones comerciales basada, en un principio, en el trueque. Sin embargo, con el tiempo el trueque dejo de ser eficaz, y para realizar sus intercambios empezaron a usar lingotes de oro con sello real. Por tanto podemos decir que inventaron la moneda. También inventaron un sistema de pesos y medidas. La medición matemática del tiempo se fundamentó en el sistema sexagesimal (basado en el número 12). Así, nuestra costumbre de dividir la circunferencia en 360º y la hora en 60 minutos y el minuto en 60 segundos se la debemos a los sumerios. También heredamos de este pueblo otras de sus invenciones, tales como la rueda, el ladrillo y el arado.

En honor a sus dioses construyeron monumentales torres de ladrillo, llamados zigurats, los que también fueron aprovechados como observatorios astronómicos. De hecho, los sumerios fueron los primeros astrónomos y astrólogos de la historia.

Los sumerios igualmente fueron autores de una valiosa literatura, en la que sobresalen relatos sobre la Creación y la famosa Epopeya de Gilgamesh. El tema de esta leyenda trata de cuestiones como el hombre y la naturaleza, el amor y la aventura, la amistad y la lucha, magistralmente enlazadas sobre el fondo de la realidad de la muerte. El crítico combate que sostiene el protagonista para cambiar su destino, enterándose del secreto de la inmortalidad por boca del héroe del Gran Diluvio, se ve condenado al fracaso, fracaso que va acompañado de una tranquila resignación.

Durante el Imperio Babilónico se publicó el código de Hammurabi, el primer conjunto de leyes de la Historia para mejorar la convivencia entre sus súbditos.